En Venezuela se están realizando obras necesarias para el crecimiento y progreso del país, pero no dejamos de ver con tristeza los cambios que estas obras han generado sobre le ecosistema y sobre esas paisajes que relajaban las miradas frías del estrés.
Uno de esos sitios que ayudaban a refrescar la mirada es hacia el noreste de San Joaquín, un pequeño rincón que la mayoría del año estaba verde por su siembra y que ahora muestra una gran cicatriz que arrastrará al gran gusano de hierro (ferrocarril). Opacando y entristeciendo el paisaje. Bueno al pasar el tiempo seguro ya nuestras miradas se acostumbraran a ese nuevo decoro del paisaje.
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